Otra de las claves de la decoración nórdica: la naturaleza como recurso decorativo. De modo que los materiales y las texturas provienen de la naturaleza. La madera es, sin lugar a dudas, el elemento estrella para la fabricación de muebles. Y, sobre todo, en colores claros, naturales. En cuanto a los textiles se utilizan tejidos naturales como el lino, el algodón, la lana. No tienen por qué ser lisos, se llevan las rayas, los cuadros y las flores y hojas —de nuevo, lo natural—, pero el fondo es siempre claro.
Por lo que se refiere a las piezas de mobiliario, reina la sencillez, las líneas rectas, depuradas, que se combinan con suaves curvas. El objetivo es conseguir un aspecto limpio, espacioso. Y combinar a la perfección dos de los elementos esenciales en decoración: estética y sentido práctico. Olvídate del barroquismo y de colocar adornos porque sí y en cada esquina.
Hasta aquí, las bases del estilo nórdico que nos acompaña desde hace unos 100 años. Pero no te engañes, también este estilo está expuesto a cambios y tendencias. Por ejemplo, la aparición de dos materiales muy novedosos: el cobre y el latón. Sobre todo en pequeños detalles decorativos, como lámparas o centros de mesa. También ha surgido el uso del mármol en complementos, sobre todo si es de color blanco tipo Carrara.
Si miramos atentamente espacios inspirados en el estilo escandinavo, veremos cómo suelen mezclarse con gran acierto con piezas con un claro toque vintage, incluso con aspecto de haber sido recuperadas en un mercadillo, de segunda mano. Viejos muebles de estilo industrial, en los que se combina el hierro y la madera algo tosca, sin tratar. O piezas de antiguos oficios. Pero también se combinan con clásicas piezas de diseño.
Terminamos con una última pista, perfecta para hogares algo más juveniles. La descontextualización de las piezas. Esto es, destinar muebles u objetos a usos no habituales. Las maletas como cajas de almacenamiento a la vista o mesas auxiliares; lámparas de oficina como luminarias de noche; palés a modo de mesa o de cabecero… La imaginación hará el resto.